Cocodrilo de otra vida
Hablando de difuminar cosas... Anoche estuve con los pocos que quedan aquí, es decir, Fuckin' François, Liene, Sarmite (Letonia) y unas chicas eslovenas (Ana y Vanja). Cenamos unas setas increíbles, que la madre de Liene y ella misma habían cogido en un bosque próximo a su casa de madera. Luego, con una botella de vino y un par de cervezas, nos pusimos en marcha hacia el centro de la ciudad. Allí es donde se cuece todo, la vieja humanidad lituana se pone rastas y piercings y todo se asemeja más a Madrid y su cosmopolitismo globalizador. Acabamos nuestra noche en un bareto, el B.O. Baras, oyendo una catástrofe musical (Drum & Bass). Luego marchamos y llegamos al río. Y la sensación fantasmal recorrió cada poro de mi cada. La niebla se había apoderado de la ciudad, de esta Kaunas malformada y avicunda. Entonces, mi bosquejo a carboncillo se construía poco a poco. Las márgenes difuminadas, el puente difuminado y las luces me recordaron a la ingestión de setas alucinógenas. Ah, llegando a la residencia me encontré un billete de 10 Litas. No me había pasado nunca, así que esta noche me iré a cenar por ahí, a invertirlo como quién dice, a alquilar unos litros de cerveza que serán devueltos a los cocodrilos.
Un abrazo, bitacorinos míos. No dejen que la rutina se apodere de las ideas, de los poemas, de las canciones... Ahora me iré a comprar algo, porque solo me queda pescado congelado y lecha agria.