CRóNiCaS DeL GLoBo

10.13.2006

1630 kms y barratina

¡Proletarios del mundo, uníos!

Después de este periplo báltico en coche, a una velocidad media de 130 km/h, solo me queda descansar y afeitarme. Tras Riga, visitamos Tallinn. Esta última ha sido la ciudad más hermosa en la que he puesto mis pies. Un cuento de hadas, casas multicolores y desde el cielo daban ganas de comerse las calles y las terrazas. Tallinn es otro mundo. Para nada tan soviética ni tan vieja como Kaunas, Vilna e incluso Riga. Una ciudad puesta en el Báltico casi por equivocación, pues bien podría pertenecer a Finlandia, Suecia o Noruega en cuanto a desarrollo y a precios se refiere. Callejeé bastante con mis padres, pero claro, a una marcha de coche antiguo, porque según ellos, "ya tenemos cierta edad". Mis revolucionados pies no paraban de caminar a ritmo de soldado mientras allá atrás, en una especie de horizonte urbano, mis padres pedían clemencia.

En Tallinn, los niños sonreían y no fumaban cigarrillos a edades tempranas. Los viejos compraban chocolate y dulces en las miles de millones de confitería. Y los adolescentes iban a la última, con sus corbatas y pines, sus botas Doc Martens y el estilo seco del norte en la mirada. Supongo que los viejos darían a los niños los caramelos que compraban y por eso los adolescentes tenían tan mal mirar. Estos últimos no habían conservado la esencia de la niñez: mancharse la comisura de los labios con caramelo líquido.

Y ahora estoy en Kaunas, mi querida Kaunas. Este refugio anarko-punk-pop-post-nuclear, que me sirve para nadar en la tranquilidad durante unas horas, hasta que esta noche tengamos más movida. Hoy hay un encuentro cultural en un sitio cercano a Kaunas, para el que cada uno debemos llevar algo típico. Folk Weekend, it's called. Yo llevaré lomo y salchichón y en la cocina, otro riojano está haciendo una tortilla de papas, para dejar el pabellón bien alto. Lo mejor fue cuando nos dijeron que debíamos llevar los colores nacionales... Los franceses casi estaban exaltados, los letones alegres, los alemanes un tanto indiferentes y los españoles... nos reímos. Imagínome con el rojo-amarillo-rojo y solo me entran ganas de pintar un morado o de vomitar en la bandera. Iba a comprar cartulina azul, blanca y amarilla y confeccionar la bandera canaria. Pero hoy estoy cansado y un poco vago, así que simplemente llevaré una barratina, como símbolo del multinacionalismo español. Pienso que si tuviéramos que sonorizar nuestra unidad nacional, ésta sería una carcajada bien honda.

Abrazos desde esta tierra baldía.

PD.: Creo que el blog marcha, gran invento. Les quiero mucho, pichones :)

1 Comments:

  • Asi me gusta, nada mejor que una barratina para simbolizar el descontrol nacional de este variopinto pais.
    Y si, debemos recoger firmas para cambiar el himno por una serie de sonoras carcajadas entre las que quepa un "me parto", aun a sabiendas que unos veran en esto la constatacion de que Espana se rompe.

    pd: hace dias que casi no me queda tiempo para respirar. Veré si mas tarde puedo escribir algo en el blog. Por lo pronto, ya tengo los billetes de tren y autobus para llegar al enigmatico aeropuerto Frankfurt-Hahn. Se acerca el dia y se reduce la distancia.

    Un abrazo, viajero!

    By Blogger Marc, at 13 octubre, 2006 16:52  

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