Örebro

En primer lugar, el otoño. En segundo lugar, las bicicletas, rodantes y tintineantes por todos lados. En tercer lugar, la gente que no mira al suelo, sino al cielo. En este caso, dos viejos, una bicicleta quieta y silenciosa y la indiferencia de las hojas que mueren con gusto. Los círculos son mi perspectiva pseudo-cónica de un estado giratorio hacia ninguna parte. Cuando ya he girado lo suficiente y me encuentro mareado, entonces paro y sigo viendo las bicletas, los viejos y el paso del tiempo en las hojas doradas.